domingo, 22 de septiembre de 2013

En medio de la fortaleza se puede sentir debilidad.

Sí, puedo y soy fuerte, pero como soy humana, pienso y tengo sentimientos.

Sentimientos que nunca se eligen. Sentimientos nunca iguales y de todos tipos. Sentimientos nunca estables ni eternos en todo momento, siempre con inerferencias que originan descontrol y, a veces, contradicción.
Entonces, hacen que me confunda y paralicen mi mente.

Puedo elegir cómo enfrentarme a un problema, pero no puedo elegir lo que siento en ese momento.
Igual que puedo sentir alegría también puedo sentir tristeza, igual que me siento fuerte me puede invadir la debilidad.

Así, a veces, por muy fuerte que sea, puedo sentir importencia, puedo estar fuera de mí, y sin llegar a saber cómo actuar.
Así, a veces, los sentimientos intentan dominar la mente, confundiendo y paralizando a la persona.


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