viernes, 7 de febrero de 2014

Ahora toca lo que toca... una cuestión, ¿lamentarme?

Qué mal, sí, me lamento... pero no por el resultado, sino por el proceso, es más, me lo he ganado por así decirlo... Entonces, ¿para qué lamentarse?

Yo sabía que la suerte no me acompañaría. Nada me va a caer del cielo así como así, no es así, y menos si no me lo merezco. A mi no me funciona "vale, si la gente lo hace pues yo también con hacer esto es suficiente...". No, yo no funciono como algunas personas, por eso no me puedo dejar llevar ni guiar por otros. Yo ya me conozco desde hace tiempo. Y yo lo sabía. Sabiendo como soy, yo sabía que no era bastante con eso, y sabiendo que no iba por el camino correcto, sabía lo que iba a suceder. Lo que ha sucedido y puede estar sucediendo.

Sé que esto es para aprender la próxima vez... pero es que si lo sabía desde un principio, ¿por qué me dejo llevar? ¿por qué me dejo influir? ¿por qué no creo por una vez en mí sabiendo que tengo razón y que nadie mejor que yo me conoce como para ser yo quien decida lo que es mejor hacer y lo que no?

Claro, por eso decía lo que decía, quizás es que soy demasiado "negativa", o exagerada, por eso ocurre lo siguiente...
Está visto y comprobado que:

1. No puedo disfrutar tranquilamente de los placeres, porque al presentarse una oportunidad de algún placer de la vida, me dejo llevar, y no poco. En mi caso, sería disfrutar lo mínimo, para no desencasillarme, pues funciono así, para eso debería funcionar como alguien racional, haciendo primero el deber y luego el tiempo libre lo dedico para hacer lo que me gusta y lo que me apetezca. Y sí, soy libre, mientras no me descarrile de mi camino, mientras sea libertad y no libertinaje. Pero yo voy al revés que todos y de todo. La verdad es que se siente muy bien eso de vivir plenamente la libertad que tengo... ¡y qué bien me he sentido! como si estuviera fuera de la realidad. Es bueno vivir locuras, pero de vez en cuando, y con alguna razón, porque si no hubiera obligaciones o no hubiera reglas en este mundo, estaría constantemente viviendo aventuras y sueños, y de la forma que me apetezca. En mi caso no puede ser así, y qué más quisiera, ¡cuánto me gustaría...! Si pudiera ser como Peter Pan, mi mayor ilusión, mi mayor personaje admirable. Pero esto no es así, en mi realidad hay que "crecer" y formar parte del mundo, en un mundo en el que tengo que ir viviendo construyendo mi futuro día a día, donde hay entretenimiento y libertad, pero estamos influenciados por la cultura y sociedad de nuestro país. Por lo que hay unos deberes y donde está en juego cada cosa que haga, pues es un determinante para el futuro. Me da coraje, porque la realidad me hace ser, en vez de vividora de mis sueños, más soñadora. Debería ser lo primero, y por lo menos en mi caso no lo es, ya que me desmadraría, ya que perdería.

2.Por lo que no he madurado. Aunque tenga unos pensamientos racionales, pues si no actúo de acuerdo con ellos, no hago las cosas bien o como se deben hacer. No puedo pensar de una manera, dejarme influir y cambiar constantemente mis intenciones, y por tanto, los resultados. Cuantas veces he dicho "así no se hacen las cosas". Si fuera por mí... ¡uy! esa es la clave "si fuera por mí". Debe ser por MÍ. Como sé cómo se deben hacer las cosas y que tengo un comportamiento erróneo, la clave está en echarle ganas; saber decidir, sin dejarme influir, que sea porque yo quiero y he elegido así. Debería hacer todo como yo crea correcto y dejar de sentir pena por no hacerlas como quieren o de la forma que les complacería a los demás. Por lo que mientras no sea dueña de mí y de mis propias decisiones, no podrá ser mi conducta igual que mi actitud. No habré madurado correctamente.

3. Pero no escarmiento, no aprendo de otra manera de los errores como no sea mediante golpes y situaciones límites, por lo que no puedo adoptar las funciones de otros. Parece que tengo que perder para poder ganar. Parece que me tiene que ocurrir algo fuerte que me haga abrir los ojos, o al menos, que me haga actuar bien. Parece que hasta que no vea las cosas encima y esté agobiada no reacciono... pero si yo sé como hay que hacer las cosas... a mi no me vale hacer algo bien desde el principio, ¿por qué? Quizás es que no me conciencio demasiado, y pongo antes otras tentaciones, otras preferencias, aún sabiendo cuál es mi prioridad... ¿por qué? ¿No me vale ser una persona normal y actuar como todos, o como se debería? Y es que mientras no cambie mi percepción, concienciación o no me llegue un golpe más, no me inmuto. Funciono así, encerrarme en mí para esforzarme, suspender para aprobar, no tengo que tener ni un juego ni ningún entretenimiento para actuar bien desde un principio, y así, tengo que dar más de mi para hacer algo bien, para tener luego una recompensa buena. Por hacer las cosas tarde, luego con las prisas lo hago todo mal. Pero si sigo así, hasta que no llegue un día en el que tenga un accidente grave y me de cuenta (de nuevo) de que no puedo seguir como hasta entonces... no, ni así escarmentaré, por mucho que aprenda la lección... Hasta que llegará un día, falleceré y será tarde para darme cuenta de que tengo que vivir.

Ya no me puedo dejar llevar por nada ni por nadie. Ya tengo que "crecer", desgraciadamente... Y SER COMO QUIERO SER, NO COMO LA GENTE QUIERA O ESPERA QUE SEA.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Artículos relacionados: