miércoles, 10 de abril de 2013

Me siento perdida

Hoy, después de mucho tiempo que hace desde que no reflexiono sobre algo, he decidido hacerlo, no es hoy porque antes no haya tenido nada qué pensar y decir, no porque no haya tenido ganas de hacerlo, sino porque no he podido. Tampoco es que pueda hoy, pero de lo aprendido, ahora es cuando me lo aplico: siempre se tiene tiempo para lo que realmente deseas hacer, aunque sea cinco minutos. Lo malo es que o lo utilizaba para otras cosas o, la mayoría de las veces, anteponía el deber. Estando en segundo de bachillerato es normal que sacrifique muchos deseos. De hecho, como he dicho, ya no escribía reflexiones, algo que me encantaba hacer y me ayudaba a seguir siendo yo. Aunque he tenido las ansias por ello me las he reprimido. Hasta hoy. Hoy he tenido esa necesidad y he dicho allá voy.

 Mientras estaba leyendo un libro, a la vez me invadía la mente numerosos pensamientos, sobre lo que soy y lo que seré, las decisiones, si voy por un buen camino, si estoy haciendo las cosas bien, o qué es lo que estoy haciendo. Me siento perdida. Estoy en una etapa la cual vivo sin saber quién soy realmente, la que vivo sin ser quién quiero ser (debido a las circunstancias). Me siento perdida. Ya no sé ni qué quiero ser en el futuro, ya no encuentro señales ni motivación para que me impulsen a seguir, sigo porque la determinación de mi futuro está a la vuelta de la esquina. Solo sé que haga lo que haga tengo que seguir, no me puedo rendir ahora, pero cuando más necesito las fuerzas y los ánimos (aunque tenga la casa llena de palabras positivas escritas por mi madre, que al principio lograron su objetivo, pero he vuelto a caer). Necesito mis ganas, mi voluntad, estoy perdiendo mis valores y no lo puedo permitir. Estoy cansada de todo esto, de no dormir, pero también lo estoy de equivocarme tanto con las decisiones que tomo en el momento, de no estar en armonía conmigo. Sé que si tuviera la suficiente inteligencia para conseguir organizarme bien y pensar rápido, todo me saldría mucho mejor y hasta me sentiría orgullosa de mí, pero resulta que siempre tomo la decisión equivocada. Sin embargo, de esto debería escarmentar ya y no lo hago. Si pudiera ver esas señales que me digan que todo realmente va a salir bien, que me digan cuál va a ser mi carrera... pero de eso se trata la vida, es un misterio, un riesgo que hay que asumir para vivir, cuyo destino se nos está escrito. Solo sé y tengo que seguir caminando...

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